El iodo es esencial para la actividad normal del tiroides pero, en cantidades grandes, frena rápidamente la producción de hormonas tiroideas. En combinación con medicamentos antitiroideos, se utiliza en el tratamiento preoperatorio del hipertiroidismo, de crisis tirotóxicas o tirotoxicosis neonatal. En caso de accidente nuclear se puede utilizar como protector del tiroides. Por vía tópica es usado en el diagnóstico y delimitación preoperatoria del carcinoma de cérvix.
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